Podríamos parafrasear al maestro Gabriel García Márquez y decir que lo de Marcelo Ebrard es la crónica de una renuncia anunciada. Era algo inevitable. Tras quedar fuera de la lista de candidatos plurinominales por el PRD, no le quedaba más que salir y buscar un partido que sí lo postule para contar con una curul y enfrentar de una mejor manera la crisis por la Línea 12 del Metro.
En la misiva dirigida al presidente del Partido de la Revolución Democrática, Carlo Navarrete Ruiz, el otrora jefe de Gobierno de una de las ciudades más pobladas del mundo afirma que su decisión se debe al “progresivo acercamiento” del PRD al presidente Enrique Peña Nieto.
“Como muchos otros, Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas o Alejandro Encinas, he llegado a la conclusión de que el progresivo acercamiento de la dirigencia del partido al presidente Enrique Peña Nieto y su partido, el PRI, es incompatible con los objetivos y deberes políticos de la izquierda mexicana.
“Desde inicios del 2013 expresé mi desacuerdo con el denominado Pacto por México; veo con tristeza que esa línea se mantiene e incluso se acentúa. Milité diez años con dedicación y lealtad a a las causas enarboladas por el PRD”, dice.
¿Pero qué hay más allá de lo que él llama un “progresivo acercamiento” al PRI?
En la pasada sesión para determinar la lista de los plurinominales del Sol Azteca, el alguna vez nombrado el mejor alcalde del mundo no tuvo cabida. Así de simple.
No logró llegar a la tan anhelada posición para asegurar un curul que le permitiera enfrentar desde una mejor posición los problemas derivados por las irregularidades y fallas en la Línea Dorada, la mayor obra de su gestión (2006-2012).
Pero para su mala suerte, tampoco halló espacio en el partido de su ex jefe Andrés Manuel López Obrador (Morena). En la “tómbola de la fortuna” no salió su nombre.
Así que al ex jefe de gobierno capitalino no le queda más que buscar cobijo en un partido chico necesitado de “figuras” para no perder su registro.
El futuro político y hasta jurídico de Marcelo Ebrard pende de un hilo. Le urge el fuero… aunque él diga que no lo necesita y ya no exista. Sabe que de enfrentar a la justicia sin una curul perderá y hasta a la cárcel podría parar por las anomalías en la Línea 12 del Metro.